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lunes, 21 de mayo de 2012

Que no sea en París donde el diablo pierda el poncho.

Todas las grandes colecciones europeas lo presentan esta temporada, hasta lo llaman gaucho look y finalmente... ¿es en Casa Hermés adonde el diablo perdió el poncho?
Creemos que sí. ¿Vieron su colección de invierno 2012 ?
Parece un chiste. O un plagio.
Pablo Ramirez: tendrías que demandarlo. Y tendríamos que demandar a todas nuestras compatriotas que no creen en tu talento.
Siluetas con que Pablo Ramirez presentó su colección "Carmen" en 2011.



Aquí, esta colección de Hermés no tiene sorpresas. Botas de cuero negro y caña alta plegada al estilo gaucho, sombrero, cinto semejante a una rastra. Nada nuevo.
Cuenta la historia que durante el virreinato,  nuestros abrigados e impermeables ponchos -así es la lana de llama y de vicuña- , fueron copiados con los novedosos telares industriales ingleses. Y vueltos a revender en el puerto de Buenos Aires a precios muy superiores que los "hand made" locales. Los ponchos importados se usaron como prenda de distinción hasta el punto en que su importación dejó sin trabajo a los telares aborígenes.
Por eso este post, porque tal vez, aún, con suerte y para bien de la industria de la moda nacional, podamos reconocer  nuestra identidad aunque nos la vendan como europea.

                                                      
  
Hermés,2012


Un "Pablo Ramirez" de 2011. Para nuestro gusto, mucho más glamoroso

Para quienes dicen que no tenemos una moda que nos representa porque las bombachas son árabes, las alpargatas gallegas y las botas napoleónicas o algo así, tomemos nota: esa mezcla increíble, magnífica y elegante de ropas de trabajo de diversas culturas, esa hibridez utilitaria con el latinoamericanísimo y práctico poncho es parte de nuestra identidad.


Una alegre variante local del poncho tejida a dos agujas,
que en sus franjas respira aires quechuas
Otro poncho tejido + leggins + bolso X

Nuestra cultura y nuestra indumentaria son mestizas, como nosotros. Y Paquito Jamandreu, y Mary Tapia, y Medora Manero y Semra, y Ramirez y Churba y muchos otros y otras ya apostaron a ese estilo heterogéneo, creativo y altivo del criollo. Que no sea en París donde el diablo pierda el poncho. Porque aquí, aunque no lo veamos, el poncho siempre está.

Un poncho de Adriana Constantini, quien vuelve a reinterpretarlo para cada colección .

Más en este blog sobre el gaucho look .

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lunes, 16 de abril de 2012

Mega peinetones rioplatenses versión Pablo Ramirez.


Aquí no se usó sombrero: las damas usaban sus cabellos recogidos con hermosas cintas, flores, pinches... y compitieron en cuanto al ancho de las peinetas que sostenían sus mantillas, jubones y rebozos: cómo se cubrieran la cabeza era cuestión de clase social.


Antiguo peinetón de carey



Según las crónicas virreinales llegaron a medir hasta 1.20 m. de ancho, y los chistes del momento lo muestran desmedido. Lo cierto es que hubo una tendencia que distinguió entre las peinetas latinoamericanas, los mega peinetones rioplatenses

Casi vintage: cuatro formas de llevar peinetón y rebozo.

Habían llegado a América con los españoles, pero hacia 1823 se establecen en Buenos Aires cuatro fabricantes. El más hábil de ellos, y de lejos el mejor comerciante fué Manuel Masculino, autor de  peinetas que me arriesgaría a afirmar las "más anchas del mundo".
Labradas en una sola pieza de caparazón de tortuga, o sobre ostras gigantes o en falso carey o plata, y con incrustaciones de piedras semipreciosas o nácar, los prestigiosos peinetones llegaron al máximo de su esplendor durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, alrededor de 1830 y por cuarenta años más.


Pintura que muestra cómo se componía un estético tocado con peinetón y mantilla.

El color insignia de su gobierno, el rojo, se llevó al lado en forma de moño o flores, como se ve aquí.
Los peinetones llevaron incluso consignas políticas a favor o el retrato del gobernador, de manera que cuando éste cayó, se hicieron demodée y rápidamente pasaron " a retiro".


Esa es la historia. Hasta que al cierre del último Bafweek 2012, vino el esperado desfile del argentino Pablo Ramirez, un diseñador que logró transformar la identidad de Buenos Aires en tendencia y moda urbana mediante el reconocimiento de nuestras influencias y costumbres. Su inspiración esta en el gaucho, el tango, el Buenos Aires colonial y las corrientes migratorias que poblaron estas tierras durante el siglo pasado.


Sorprendió esta vez con influencias flamencas, gallegas y de las corridas de toros, y por supuesto, el peinetón, que fue tendencia en la Buenos Aires colonial, volvió con gloria a la pasarela.


Porque convengamos que estas modelos estan super glamorosas con peinetón, mantilla y guantes de cuero.